Por Manuel Betancourt Arzate
Una noche de buenos combates -algunos superando a su primer encuentro en la Vitrina de los Inmortales-en el Dunkin Donuts Center, en Rhode Island, pues algunas viejas rivalidades vieron su final en este escenario, mientras que otras comienzan.
The BloodLine (Roman Reigns, Jey y Jimmy Uso) derrotaron a Drew McIntyre y a los RK-Bros (Randy Orton y Riddle) en una lucha que fue emocionante de inicio a fin, pero que, con un sello de autoridad samoana, no pasó a mayores. Roman Reigns conectó su “Spear” a Riddle para así ganar por conteo de tres.
Cody Rhodes y Seth Rollins se robaron la noche una vez más; “Freakin” Rollins trató de hacerse del combate mediante una maniobra ilegal, utilizando las cuerdas, pero tras el asombroso combate que dio “The American Nightmare”, tomó por sorpresa a su retador y le ganó mediante un “roll up”, dejando así la segunda caída de esta rivalidad en manos de Rhodes, quien está incontenible.
Ronda Rousey dió un mejor combate que en Wrestlemania 38, y en medio de una “I Quit Match” hizo sucumbir a Charlotte Flair para así arrebatarle su Campeonato Mundial Femenino de SmackDown.
Edge derrotó sin piedad a un AJ Styles que, pese a haber contado con la ayuda momentánea de Finn Bálor para quitarle de en medio a Damian Priest, un nuevo discípulo se unió a las filas del tag team ahora conocido como “Judgement Day” (liderado por Edge) y es nada más y nada menos que Rhea Repley, gladiadora que atacó a “The Phenomenal” mientras estaba distraído y así permitió que su líder se llevara la victoria.
Madcap Moss consiguió hacerse de su esperada revancha frente a Baron Corbin , con quien parece que ha finalizado su rivalidad, aunque no se sabe cuál será el siguiente paso de ambos gladiadores.
De manera sorpresiva, Omos, quien ahora es asesorado por MVP, venció de forma rápida a “The AllMighty”, Bobby Lashley, quien pese a los esfuerzos solo pudo derribar un par de ocasiones al gigante nigeriano; una “Hurt Lock” no fue suficiente para deshacerse de su rival, lo que lo dejó con la guardia baja para así ser derrotado por conteo de tres.
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